viernes, 10 de octubre de 2014

Baño público



Los baños públicos y su perversidad. Ese mundo de petes y travestis a domicilio, números de teléfono escritos con liquid paper y la concha de tu madre All Boys. De absurdas peleas y discusiones entre gente que no se conoce, pero que tiene ganas de insultarse. De Kristina chorra y Macri ponete a laburar. De gorilas y peronchos. De bosteros y gallinas. Y se escriben las puertas o paredes porque sí, porque se está en el baño y de algo hay que escribir. Entonces hay que escupir la vehemencia, la masculinidad, el racismo y la bronca contenida. Y qué mejor lugar para hacerlo que el baño. Un mensaje vomitado a quien no tiene otra que mirar, porque la necesidad lo llevó allí. Como me llevó hoy a mí. Y me tocó disfrutar del arte pictórico de un desconocido que, aburrido, dejó su marca en la pared. Porque sí, porque en el baño público pasan estas cosas.  

1 comentario:

  1. Ajá. Y a veces en las veredas, como en la parada de mi colectivo, donde tooodo el mundo puede verlo. Hasta que la lluvia o las pisadas borren una expresión tan grotesca como efímera.

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